Desde la época más antigua el vino se ha almacenado en envases de barro, cuero y madera. La primera botella de vidrio similar a las que conocemos, no apareció hasta mediados del siglo XVII y que se cerraba con un tapón de cristal también.
En Francia, los expertos en vinicultura difundieron despues los modelos de botella más conocidos: en Burdeos era alta, cilíndrica, con el cuello corto, mucho hombro y de color verde oscuro; en Borgoña, más alta, ancha y también con el cuello corto.
Y en la zona de Alsacia y Alemania surgió la botella Rhin, más esbelta que las otras.
Por supuesto, también se empezó a utilizar el corcho de alcornoque.
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